“Sólo hay algo más caro que formar a las personas y que se marchen: no formarlos y que se queden.” (Henry Ford)

Mi relación con la educación virtual es muy fuerte, gracias a trabajar en e-learning confirmé mi admiración por la tecnología, y de las bondades que la misma nos ofrece, a pesar de parecer tan invasiva, he conocido de cerca los retos que plantea este tipo de educación desde el entorno académico y he visto la creatividad con la que la formación empresarial resuelve muchas de estas situaciones.

Hoy en día conociendo de cerca el entorno de la movilidad y particularmente la movilidad empresarial, veo como se han superado ostensiblemente los problemas tecnológicos que hace 8 o 10 años atrás nos presentaban una formación virtual encerrada en un aula de clase, con escaso intercambio de información y con una limitación de equipos para atender a todos los usuarios. Hoy en día la facilidad de acceder a un equipo celular con capacidad de cómputo y conexión a internet, acerca la educación mucho más a las tareas cotidianas, pues la reticencia a los computadores y a su uso, actualmente se extrapola hacia la admiración y el gusto que genera la íntima relación con un equipo móvil. En un día ordinario, al salir de casa, antes de pensar en tu identificación, antes de pensar en las llaves de tu casa, te cercioras de que llevas contigo el celular, y es un fenómeno que del cual todos los usuarios de todas las edades y todas las clases sociales replican sin distinción.

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